Antonio Ruiz Soler (Sevilla, 4 novbre 1921-Madrid, 5 febrero 1996), conocido como Antonio el Bailarín, fue bailarín, bailaor de flamenco, coreógrafo y director artís-tico español.
A los seis años empieza su aprendizaje en la academia del maestro Realito, que le inició especialmente en los bailes de palillos. Destaca como niño prodigio y al año siguiente le asignan de pareja a una niña de sus mismas caracte-rísticas, la que más tarde se consolidaría como su pareja estable de baile bajo el nombre de Rosario (Florencia Pérez Padilla). El maestro les lleva a bailar en fiestas y teatros donde actúan profesionales. La primera actuación de este tipo fue en 1928, en el Teatro Duque de Sevilla, a los siete años. Por este mismo año bailó en el Pasaje de Oriente, en una fiesta que se daba en honor del infante Don Carlos, y también dentro del mismo año efectúa su primera salida al extranjero, bailando en la Feria Internacional de Lieja, Bélgica.
En 1929 bailó ante los reyes de España Alfonso XIII y Victoria Eugenia, cuando fueron a presidir la Exposición Ibero-americana de Sevilla de 1929. Alternando con las actuaciones teatrales, baila en los cafés concierto, en fiestas privadas y en fiestas tradicionales andaluzas como en las Cruces de Mayo. Es la primera etapa infantil sevillana, en la cual termina de formarse con los maestros de baile Otero, Pericet y se especializa en flamenco con el maestro Frasquillo. Enseguida empieza a trabajar fuera de Sevilla, por el resto de Andalucía, otras provincias y Madrid, donde los llaman Los Chavalillos Sevillanos. El año 1937 es fecha clave para la futura consagración de Antonio. La pareja está actuando en Barcelona y Francia, cuando el empresario de variedades Marquesi contrata a la pareja para ir a América, donde entre éste y otros nuevos compromisos, permanecerán doce años. La primera actuación es en Argentina, en 1937, en el Teatro Maravillas de Buenos Aires, con el espectáculo Las maravillas del Maravillas. De Argentina pasan a Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Cuba y México. En un ínterin vuelven a Argentina, para actuar en el Teatro Espléndido y en el Teatro Ateneo de Buenos Aires, donde dan el primer Concierto de Danza. Rematan la gira sudamericana en Brasil, en 1939, y son contratados para la Sala de Fiestas del Waldorf Astoria de Nueva York. Con ello se les abren las puertas de Estados Unidos. Permanecen allí siete años alternando temporadas largas en esta sala con viajes a Hollywood, donde participan en varios filmes como, por ejemplo, Hollywood Canteen dirigida por Delmer Daves en 1944. En 1943, de vuelta a Nueva York, se presentan en el Teatro Carnegie Hall, con un grupo algo más numeroso y Antonio escenifica el Corpus Christi en Sevilla (de Albéniz). (Sigue leyendo...)
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