Trató una amplia variedad de temas pictóricos: religiosos, históricos, de mitología clásica, escenas de caza, paisajes, retratos; así como dibujos, ilustraciones para libros y diseños para tapices (series de La Historia de Decio Mus, La Historia de Constantino, El Triunfo de la Eucaristía y La Historia de Aquiles). Se conservan aproximadamente mil quinientos cuadros suyos. Una producción tan elevada fue posible gracias no solo a las facultades imaginativas y técnicas del maestro, sino también por un amplio taller con colaboradores, donde al parecer trabajaban en cadena. Fueron discípulos o ayudantes suyos: Jacob Jordaens, Gaspar de Crayer, Theodor van Thulden, Erasmus Quellinus el Joven, Cornelis de Vos y Anton van Dyck, cuyo trabajo fue completar varios encargos para la Corte española en Madrid. Se conocen hasta hoy casi nueve mil dibujos de mano suya.
Fue el pintor favorito del rey Felipe IV de España, su principal cliente, que le encargó decenas de obras para decorar sus palacios y fue el mayor comprador en la almoneda de los bienes del artista que se realizó tras su fallecimiento. Como consecuencia de esto, la mayor colección de obras de Rubens se conserva hoy en el Museo del Prado, con unos noventa cuadros (la cifra concreta varía según las fuentes puesto que la autoría de algunas de las obras está en discusión), la gran mayoría procedentes de la Colección Real. Otros museos con destacada representación de su arte son el Museo Real de Bellas Artes de Amberes (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten Antwerpen), la National Gallery de Londres, la Alte Pinakothek de Múnich y el Museo de Historia del Arte de Viena. (Sigue leyendo...)
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