Hijo y heredero de Felipe IV y de Mariana de Austria, se convirtió en rey a la edad cuatro años, permane- ciendo bajo la regencia de su madre hasta que alcanzó la mayoría de edad en 1675. Por razones que son aún motivo de debate, Carlos sufrió periodos de mala salud a lo largo de toda su vida. Esto hizo de la cuestión de su sucesión un asunto central en la diplomacia europea durante gran parte de su reinado. El historiador británico John Langdon-Davies escribió al respecto que: «[...] desde el día de su nacimiento, estaban esperando por su muerte». Aunque su sobre-nombre le vino posteriormente de la atribución de su lamentable estado físico a la brujería e influencias diabólicas, es probable que los sucesivos matrimonios consanguíneos de la familia real ocasionaran sus graves problemas de salud, con síntomas como musculatura débil e infer-tilidad. Algunos historiadores han sugerido que el heredero padecía síndrome de Klinefelter Para otros investigadores, Carlos II padecía el síndrome X frágil, caracterizado por un feno-tipo característico, fácilmente identificable en los distintos retratos del monarca. Este síndro-me responde a una mutación genética del cromosoma X y suele asociarse a discapacidad intelectual, problemas emocionales, sociales y del lenguaje. Como fuese, todo ello acarreó un grave conflicto sucesorio, al morir sin descendencia y extinguirse así la rama española de los Habsburgo.
Durante la regencia de su madre, el gobierno estuvo ocupado luchando contra las ambiciones del rey francés Luis XIV en los Países Bajos españoles, y contra intrigas al interior de la corte que involucraban a la reina, su confesor jesuíta Juan Everardo Nithard, su subsiguiente favorito Fernando de Valenzuela, y el medio hermano ilegítimo del rey Juan José de Austria. Durante su reinado propiamente se puede hablar de dos fases: la primera caracterizada la resistencia a la política expansionista de Luis XIV, que concluyó con el Tratado de Rijswijk en 1697; y la segunda, correspondiente a sus últimos tres años de gobierno, dominada por el problema de su sucesión, en tanto era ya claro para entonces que Carlos no habría de tener hijos. (Sigue leyendo...)
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