ABDERRABÁN I *

Abderramán ibn Mu‘awiya ibn Hisham ibn ‘Abd al-Malik o  Abd al-Rahmān I, conocido como Abderramán I  o ‘Abd al-Rahmān I al-Dājil (الداخل, ‘el que entra’ o ‘el inmigrado’) (Damasco, marzo 731-Córdoba, 788) príncipe de la  dinastía omeya que, en el año 756, tras diversas vicisitudes, se convirtió en el primer emir independiente de Córdoba, fun-dando allí la dinastía Umawi.​ Reinó durante treinta y dos años, dedicado fundamentalmente a aplastar las revueltas del anterior señor del territorio, de los partidarios de los  abasíes y de algunos grupos bereberes.

Su madre era bereber de la tribu Nafza,​ lo que le sirvió para escapar a Cabilia, en el norte de África, al triunfar la Revolu-ción abásida. La situación interna del emirato no permitió a Abderramán I dirigir las habituales aceifas  (razias  musul-manas) a los territorios cristianos del norte. Su reinado de treinta y dos años transcurrió entre luchas internas para sofocar la resistencia del anterior emir, Yúsuf al-Fihri, y de sus hijos, los sirios partidarios de los abasíes y de los bereberes asentados en la península ibérica.

Se le conocía también como al-Dájil (‘el Inmigrante’), Saqr Quraish (‘el Halcón de los Quraysh’) y el «Halcón de al-Ándalus». Variaciones de escritura de su nombre incluyen «Abd ar-Rahman I», «Abdul Rahman I» y «Abderraman I». Según el cronista Ibn Idari, Abd al-Rahman I era “de talle alto, rubio, tuerto, barbilampiño, tenía un lunar en la cara y llevaba dos aladares”. Nieto de Hisham ibn Abd al-Málik, el décimo califa omeya, e hijo del príncipe  Mu'awiya ibn Hisham y de una concubina esclava cristiana bereber de la tribu Nafza,​ Abderramán nació en un monasterio en la periferia de Damasco en marzo del 731.​ Cuando el califa Marwán II fue derrotado y asesinado en el año 750 en Egipto y se instauró la nueva dinastía de los abasíes, el joven omeya tenía menos de veinte años.​ El nuevo califa, Abu ul-‘Abbás, temeroso de que los omeyas pudieran amenazar el derecho al trono de su familia por la influencia que aún poseían, invitó a sus rivales a la ciudad palestina de Abú Futrus, donde se llevó a cabo un banquete en el que se masacró a los omeyas asistentes (25 de julio de 750).​ Los únicos sobrevivientes de la masacre fueron Abd al-Rahman, su hermano Yahya, su hijo de cuatro años Sulaymán, sus hermanas y un liberto de origen griego, Badr, quienes haciéndose pasar por refugiados huyeron de Damasco a una aldea, donde fueron perseguidos por los soldados de Abbás. Abd al-Rahman, su hermano y su liberto tuvieron que escapar al desierto en busca de las tribus beduinas, dejando a sus hermanas y a su hijo. (Sigue leyendo...)



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