"Salvó a 669 niños judíos de la muerte a manos de la Alemania nazi"
En 1931, una vez finalizados sus estudios, entró a trabajar como agente de bolsa en su ciudad natal, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En diciembre de 1938 tenía previsto pasar unos días de vacaciones esquiando en Suiza, cuando recibió una llamada telefónica de su amigo Martin Blake, en la que este le pedía que cancelara todos los planes que tuviera para esos días y se dirigiera a Praga. "Tengo una propuesta muy interesante para ti. No te molestes en traer los esquís", le dijo Blake. Al llegar a Praga, Blake le preguntó si quería echarle una mano y trabajar temporalmente en los campos de refugiados de la zona, donde miles de seres humanos, muchos de los cuales eran niños de origen hebreo, malvivían en condiciones infrahumanas. La visión del drama le marcó profundamente. Decidió montar una oficina improvisada en la habitación del hotel en el que se hospedaba y comenzó a elaborar un plan para sacar del país a tantos niños judíos como fuera posible para llevarlos a otros países y salvar sus vidas.
En poco tiempo, la comunidad judía de la capital checa se hizo eco de la presencia de Winton en la ciudad y del motivo que le impulsaba a seguir allí. De ahí que centenares de familias acudieran a visitarle para tratar de persuadirle de que incluyera a sus hijos en la lista de los niños que iba a intentar salvar. El alud de solicitudes le obligó a abrir una nueva oficina en la calle Vorsilska para poder atender a tanta gente como fuera posible. Su amigo Trevor Chadwick se ocupó personalmente de ese despacho. En pocos días centenares de familias habían acudido a solicitarle ayuda para salvar a sus hijos. Consciente de la magnitud del problema que tenía ante sí, contactó con los embajadores de las naciones que consideraba que podrían hacerse cargo de los niños, pero solo el Gobierno sueco accedió a ocuparse de un grupo de niños. Por su parte, Gran Bretaña prometió aceptar a los que fueran menores de 18 años pero solo si antes encontraba a familias dispuestas a acogerlos y que además deberían comprometerse a abonar por anticipado un depósito de 50 libras por cada niño para pagar su futura vuelta a casa. (Sigue leyendo...)
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