Conocido por la singular estampa que le dieron sus numerosas heridas de guerra (un ojo tuerto, un brazo inmovilizado y una pierna arrancada), es considerado uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada española. Destacó por dirigir, junto con el virrey Sebastián de Eslava, la exitosa defensa de Cartagena de Indias durante el asedio británico de 1741. Fue así mismo confundador de la Compañía de Armadores en Corso de Cartagena de Indias, promotora del prolífico sistema de corsarios españoles conocidos como guardacostas. Como homenaje póstumo por sus servicios, se otorgó a sus descendientes el marquesado de Ovieco, título nobiliario que aún existe en la actualidad. Blas de Lezo y Olavarrieta nació en el distrito de Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa) -por entonces aún parte de San Sebastián- a principios de febrero de 1689 y fue bautizado en la iglesia de San Pedro de la misma localidad el día seis del mismo mes. Hijo de Pedro de Lezo y Agustina Olavarrieta, pertenecía a una familia con ilustres marinos entre sus antepasados, en un pueblo dedicado, prácticamente en exclusiva, a la mar. Era el tercer hijo del matrimonio, que tuvo ocho, de los que no todos sobrevivieron a la infancia. Sus padres pertenecían a la pequeña nobleza local, acomodada, y Lezo contaba con algunos antepasados importantes: su tatarabuelo había sido regidor de la villa a comienzos de siglo, otro había sido obispo de Perú el siglo anterior, y su abuelo había sido capitán y dueño de un galeón. El mayorazgo le privaba prácticamente de heredar bienes, así que optó por emprender la carrera militar, como marino.
Se educó en el Colegio de Francia, una institución educativa para niños de la baja nobleza de la zona donde recibió la instrucción básica. En aquel entonces la armada francesa era aliada de España en la guerra de Sucesión, que acaba de empezar al morir Carlos II sin descendencia. Dado que Luis XIV deseaba el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y escuadras de España y Francia, Lezo se embarcó, a sus doce años, en 1702, en la escuadra francesa —que, en la práctica, había absorbido a la española, en estado calamitoso—, enrolándose como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Luis Alejandro de Borbón, hijo de Luis XIV. (Sigue leyendo...)
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