"Ocho generaciones y Faber Castell sigue en poder de la familia"
Faber-Castell es una fábrica de útiles escolares y una de las empresas alemanas más antiguas, al haber sido fundada en 1761. Con una producción de unos dos mil millones de lápices de madera al año, Faber-Castell es el mayor fabricante mundial de lápices de colores y portaminas. Se inició como un taller de carpintería fundado por Kaspar Faber, en Stein, cerca de Núrem-berg. Posteriormente, uno de sus descendientes, Lothar Faber, convirtió al lápiz en el primer útil de escritura con marca del mundo.
El matrimonio de su nieta y heredera universal, la baronesa Ottilie von Faber, con el conde Alexander zu Castell-Rüdenhausen, dio lugar al nacimiento de la marca Faber-Castell. Hoy en día, continúa siendo propiedad de la misma familia, la octava generación desde su fundador. La compañía es muy reconocida en Alemania, donde es común aprender a escribir con lápices y plumas de esta marca. Internacionalmente, cuenta con una sólida reputación por sus materiales de dibujo y escritura de alta calidad.
«El lápiz está íntimamente ligado a nuestra cultura y se ha convertido en imprescindible para la ciencia y el arte», proclamó Johann von Faber en 1898. La empresa dice que todos los productos de Faber-Castell son manufacturados utilizando procesos y materiales ecológicos y ambientalmente sostenibles. Por ejemplo, la compañía sólo utiliza madera de su propio bos-que dentro de un proyecto de reforestación y conservación en Brasil, donde se plantan y cultivan sus propios árboles en áreas que estaban deforestadas y sujetas a erosión. Faber-Castell incluso recicla el desecho de la producción de lápices para utilizarlos en abonar el suelo.
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