Aguilar y Rodríguez, Florestán. Vizconde de Casa Aguilar (I). La Habana (Cuba), 28.VIII.1872 – Madrid, 28.XI.1934. Médico, odontólogo.
Aunque nacido en La Habana, volvió prontamente a España. Tras realizar sus estudios elementales, su madre por influencia familiar le envió a Estados Unidos para que cursara los estudios de odontología en Filadelfia, cuna en esos momentos de una especialidad que se estaba consolidando con mucha fuerza. Allí, a los dieciocho años, obtuvo el título de cirujano dental y el grado de doctor tras defender la tesis titulada The Dental Uses of Nitrous Oxyde. A su regreso de Estados Unidos comenzó a trabajar profesionalmente en Cádiz, realizando frecuentes viajes a Madrid, donde acabó instalándose definitivamente en 1890. Ya por entonces su inquietud y actividad era frenética, acudiendo a cuantos congresos se organizaban sobre Odontología, y entre ellos a los Congresos de Chicago y Moscú, donde se presentaron importantes avances en dicha materia. En 1898 organizó la Sección de Odontología del IX Congreso de Higiene y Demografía que se celebraba en España, sección a la que denominó con gran determinación Asamblea Dental, y que tuvo un enorme éxito por la cantidad de asistentes tanto nacionales como extranjeros que acudieron. Su prestigio en esos momentos era ya de primera magnitud, y a la vuelta del Congreso de París en 1900 influyó de manera decisiva para que se constituyera en Madrid una Escuela de Odontología en la Facultad de Medicina, la primera y única durante mucho tiempo en España, lo cual tuvo lugar en ese mismo año.
Florestán Aguilar fue un hombre de gran influencia en su tiempo, sin duda por cuanto representaba en el mundo de la Odontología, pero también por sus relaciones con la Casa Real. Al instalarse en Madrid tras su paso por Cádiz, trabajó como ayudante del odontólogo norteamericano Enrique Higdlans, el cual prestaba sus servicios en la Casa Real. Con motivo de la Guerra de Cuba, éste se ausentó de Madrid y Aguilar ocupó su puesto en Palacio. A partir de ese momento se establece una importante relación con la Familia Real, hecho que le permitió influir sobre importantes aspectos relacionados con la práctica y la enseñanza de la Odontología. Su prestigio tanto profesional como social fue en aumento, siendo nombrado oficialmente en 1914 odontólogo de la Casa Real y atendiendo también a las casas reales de Austria y Baviera.
Partiendo de la influencia que le daba esta relación se pone a trabajar en la idea de la creación del título de Odontólogo, lo cual se conseguiría en 1901. El plan de estudios para conseguir el título, aunque contestado por algunos compañeros, se componía de bachillerato, un curso preparatorio de medicina que incluía Física, Química, Zoología, Botánica y Neurología, un primero y segundo curso de Medicina, uno de Patología general y un último de Odontología y prótesis dentaria. El éxito que supone para Aguilar la aprobación de dicho plan es enorme, pues por primera vez en la historia la profesión en España alcanza un nivel de gran respeto social.
En 1900 había sido nombrado profesor interino de Odontología en la Escuela, y en 1904 catedrático de Odontología de la Escuela de Odontología de la Facultad de Madrid. Aguilar, sin embargo, quiere ser licenciado en Medicina, pues aunque defendía la práctica de su especialidad, sin serlo, su cercanía a los médicos a través de los congresos y reuniones a las que continuamente acudía era cada vez mayor. Decide estudiar la licenciatura de Medicina, que comienza en el Colegio de San Carlos en la Facultad de Medicina de Madrid, acabándola, no sin esfuerzo y prisas, en 1911 en Santiago de Compostela.
Más tarde, en 1914, obtuvo en Madrid el título de doctor tras defender con éxito su trabajo Prótesis de los maxilares. (Sigue leyendo...)
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