Federico II de Dinamarca

 

Federico II de Dinamarca (Haderslev, Dinamarca, 1 julio 1534-Slagelse, ibid., 4 abril 1588), rey de Dinamarca y de Noruega entre 1559 y 1588. Su reinado se caracterizó por un crecimiento en las finanzas del reino, lo que le permitió la construcción de castillos y palacios.

Tenía claras inclinaciones militares y un interés en coordinar el desarrollo económico e incrementar el poderío militar de su reino, entonces la principal potencia naval del Mar Báltico. Sus pretensiones lo condujeron a involucrarse en la Guerra Nórdica de los Siete Años, un conflicto inútil contra su primo Erico XIV de Suecia, que fue perjudicial tanto para Dinamarca como para Noruega. Federico fue el segundo de los cinco hijos de Cristián III. Nació en una época turbulenta en Dinamarca, cuando su padre, por su condición de luterano, fue rechazado por una parte significativa de la población. Tras la victoria de Cristián en la guerra civil conocida como la Guerra del Conde, Federico fue nombrado príncipe heredero de Dinamarca en 1536. En 1559 murió Cristián III y Federico ascendió al trono. En 1559 logró su primera victoria militar con la conquista de Dithmarschen, región siempre renuente a aceptar la dominación danesa, en una operación conjunta con su tío el duque Adolfo de Holstein-Gottorp.

Los primeros años de su gobierno se caracterizaron por una creciente enemistad con Suecia, que derivó en un conflicto armado, la Guerra Nórdica de los Siete Años (1563-1570). Federico contaba con el apoyo de un numeroso cuerpo de mercenarios alemanes y él mismo participaría en la escena bélica, pero la guerra no le fue favorable. Por causas de desorganización, no pudo concretar un avance sobre Estocolmo en 1563 y sus tropas tuvieron que pasar el invierno en Escania. En 1564 fueron los suecos quienes tuvieron la iniciativa, penetrando en Noruega -que casi fue conquistada- y devastando también las provincias danesas de Blekinge y Halland. El verano Federico obtuvo un préstamo financiero para costear una campaña de asedio a Estocolmo, pero el proyecto resultó un rotundo fiasco y el ejército tuvo que retirarse. Una nueva intentona en octubre también fracasó, y el Consejo Real perdió la paciencia. Ante la situación, Federico tuvo que valerse de un antiguo enemigo de su padre, Peder Oxe. Peder Oxe recibió importantes privilegios del rey, logró participar en el Consejo, y junto a este encargarse en los hechos del gobierno. Para financiar la deuda, Oxe convenció a la nobleza de cargar con una parte de ella, y el Consejo aprobó la duplicación de las cuotas de peaje en el Oresund. La habilidad administrativa de Oxe y el estallido de conflictos internos en Suecia fueron factores decisivos para evitar un desastre mayor para Dinamarca y Noruega. (Sigue leyendo...)

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